Según el estudio, hay 99.000 hectáreas de cultivos ilícitos, con todas las consecuencias que esto tiene para el país en todos los campos. Al parecer, al Gobierno no le importa, pues frente a este gravísimo informe de la JIFE, salió un mediocre viceministro y le atribuyó este descalabro a la dosis mínima. ¿Acaso puede haber algo más descabellado? ¿Y no fue este gobierno el mismo que anunció con bombos y platillos que en dos años arrancarían hasta la última planta de coca? ¿Es serio decir esa barbaridad?
Este alarmante informe es otra prueba más de que en el gobierno del Sr. Uribe poco se ha hecho bien, aparte de estigmatizar, perseguir, criticar y chuzar a la oposición.
Si uno mira, por ejemplo, lo que se ha “logrado” en temas de infraestructura, el panorama no puede ser más desolador. Empezando por los permanentes escándalos del Invías y siguiendo por el desastroso estado de la malla vial del país. No son suficientes los muertos del Chocó ni el estado de las trochas, que no carreteras, para que el gobierno de la seguridad democrática se pellizque. Cada vez que pasa algo malo, que es a diario, el ministro de Transporte, Uriel Gallego, les sale a los medios con su cara de recién levantado y su tartamudeo cerrero a echarle vainazos a los contratistas y a evadir sus responsabilidades. ¡Por supuesto que de los contratistas amigos de la Casa de Nari no habla nunca!
En el campo de protección social y la salud el atraso es monstruoso. Entre otras cosas, ¿qué más hará el Ministro de la Protección Social aparte de presionar, por decir lo menos, a los congresistas para lograr la reelección del Mesías? De no ser porque lo hemos visto en eso, podría jurar que ese ministro no se ha posesionado. Pero ciertamente sabemos que sí está por ahí, gracias a la PILA.
En el frente de las relaciones exteriores aparte de nombrar a algunos pillos en los puestos diplomáticos, el asunto no puede ser peor: pésimas relaciones con los vecinos, insultos a los demócratas americanos, creación de comisiones inútiles, millones de dólares gastados en viajes y lobistas innecesarios, la estigmatización de los defensores de DD.HH. y el despido arbitrario de funcionarios de la carrera diplomática. Y eso que dizque el canciller Bermúdez es un genio con doctorado. ¡Qué tal que tuviera un coeficiente intelectual bajo!
Ante estos hechos tozudos insisto: ¿Acaso no hay razones de sobra para reelegir al Sr. Uribe?
Felipezuleta.blogspot.com
1 comentario:
Uribe deberia reconocer que su seguridad
democratica fracaso no pudo acabar con la coca en 8 años.Debe bajarse de esa nube y dejar de creerse indispensable.
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